Como bien afirma Jean Pierre Malé, la cooperación al desarrollo nace a principios de los 60 y pretende dar respuesta a la situación "atrasada" de los países del Tercer Mundo, frente a los países occidentales que han experimentado una época de aceleración histórica del cambio tecnológico y que empiezan a desarrollar una sociedad de consumo de masas.
Los países ricos, continúa Malé, basados en su propia experiencia, entienden el desarrollo como un valor universal, lo cual les conduce a pensar que este desarrollo puede y debe ser exportado hacia los países periféricos a fin de que experimenten igual tipo de transformaciones. De este modo la cooperación al desarrollo supone desde el inicio una doble premisa de superioridad y de universalidad del "modelo" occidental
Se pretende que la ayuda bilateral o multilateral estaría exenta de intereses políticos, de poder o de riqueza; sin embargo esto no es así. Lo cierto es que los países donantes esperan que con la ayuda van a lograr beneficios para su propia economía.
Un documento de la RFA (antes de la unidad) lo expresa claramente cuando trata lo referido a la ayuda. Dice el texto: "También forma parte de la interdependencia el hecho de que la RFA sólo puede financiar medidas de cooperación de desarrollo con la amplitud que de ella se espera, si logra ganar recursos necesarios mediante su economía manufacturera y su exportación. Por esto, la exportación a los países en desarrollo es también condición previa decisiva para la capacidad alemana de rendimiento económico y contribución al desarrollo".
En ese sentido los países desarrollados favorecen un cambio hacia una mayor ayuda multinacional pues cada uno espera que sus propios exportadores se beneficien de las compras del Tercer Mundo financiadas por la ayuda multinacional. Cada gobierno espera que el valor de las órdenes adicionales de exportación exceda sus propias contribuciones adicionales a la ayuda multinacional.
Así, debemos entender la cooperación internacional en los marcos de una economía globalizada, la misma que expresa, como señala Manchón, el carácter capitalista de la reproducción social, que busca la maximización de su propia reproducción en términos de unidades de producción y apropiación de valor, ya sea a través de lo privado (empresas) o a través de los estados nacionales, relación que en determinados momentos puede adquirir características contradictorias, pero secundarias.
Ilustra un aspecto de esta concepción lo tratado hace algunos años en el Foro de Davos (Suiza) en donde los asistentes coincidieron en que el futuro de la economía y la seguridad del planeta dependen de que se aplique un sistema eficaz de cooperación global, la cual es entendida como "la profundización de los mecanismos de libre comercio" hecho que, a pesar de algunos logros para la comunidad global, beneficiará a los países desarrollados, debido a su mayor competitividad, productividad y uso de tecnología y conocimientos.
¿Todavía habrá ingenuos que sigan mitificando la llamada cooperación internacional?