¿Lo económico es suficiente para explicar los comportamientos políticos de la ciudadanía? No. Es sólo un elemento explicativo. Es necesario tener en cuenta también otros aspectos como lo cultural, lo religioso, lo étnico, los factores personales y los valores.
Pero si lo económico no es suficiente, es, sí, fundamental. Diversos análisis, empíricamente contrastados, han demostrado que los condicionamientos económicos pesan de manera particular en los comportamientos políticos, aun cuando no exista una relación directa y necesaria como es el caso de los votantes en varios países latinoamericanos: las políticas neoliberales produjeron situaciones de desempleo, pérdida de poder adquisitivo, bajo nivel educativo y de salud; sin embargo, los electores votaron durante varios periodos por los candidatos que encarnaron precisamente esas políticas. Incluso actualmente en nuestro país hay un sector que apoya a la precandidata fujimorista ¿Por qué?
La respuesta debe considerar que existe una serie de motivaciones para tomar decisiones. Algunos politólogos consideran, por ejemplo, que la percepción de los votantes sobre las políticas neoliberales, considerándolas como generadoras de una cierta estabilidad, les induce a dar su apoyo a determinados partidos o corrientes que encarnan esas políticas.
LO ÉTNICO-CULTURAL Y LO RELIGIOSO
Reiteramos, pues, que no todos los comportamientos políticos están motivados por el factor económico. Hay numerosos estudios que señalan la influencia de lo étnico-cultural como una poderosa razón para guiar las conductas políticas. En el caso boliviano, por ejemplo, el estudioso Salvador Romero Ballivián, al analizar el apoyo que los electores dieron en su momento al movimiento katarista, señala: "La economía perdió parcialmente con la crisis su papel integrador, de factor de definición de las identidades, de puerta de ascenso social. En reacción, este voto desvalorizó su importancia, para privilegiar los discursos fundados sobre los valores culturales, las tradiciones y saberes populares, que adquirieron una renovada significación, para los sectores situados en los márgenes de la economía moderna".
En otros ámbitos, tenemos el ejemplo de los vascos en España o el fundamentalismo islámico. En este último caso pesa de manera particular el factor religioso, como elemento central en el comportamiento político de Irán y de otros pueblos. Igualmente no puede desdeñarse el peso que tiene el confucionismo en China o en Japón, elemento religioso que explicaría en buena medida no sólo los comportamientos de los individuos sino de los propios Estados y gobiernos.
En América Latina se debe considerar cuidadosamente el factor religioso como un elemento de suma importancia para explicar los comportamientos políticos. Generalmente, debido al peso de la teoría marxista-leninista, lo religioso fue considerado como un factor alienante; pero esta concepción ortodoxa es muy débil para explicar por qué vastos sectores de creyentes participaron en la revolución sandinista y en las luchas del Frente Farabundo Martí en el Salvador o del Ejército Guerrillero de los Pobres en Guatemala. Ciertamente que la religiosidad popular es un elemento clave hoy para explicar los comportamientos políticos de los pueblos latinoamericanos y es algo que los partidos deben tener muy en cuenta para la elaboración de sus programas, tácticas y estrategias.
FACTORES PERSONALES Y PERCEPCIÓN DE VALORES
Algunos estudiosos consideran que los factores personales y la percepción de valores pesan también en los comportamientos políticos. Una decisión está relacionada al grado en que el tema en cuestión se considere importante para los actores apropiados. Estos elementos pueden orientar al estudio de los comportamientos de los individuos o de los grupos en nuestro país. Sería muy provechoso abordar, por ejemplo, cuáles son hoy los valores predominantes para la juventud urbana o rural y cuál es la percepción que tienen de los actores políticos, principalmente de los partidos y la votación hacia éstos. De igual manera se podría estudiar los valores tradicionales de las comunidades originarias y cómo han sido o están siendo influidas por la cultura dominante de la modernidad occidental y su impacto en el comportamiento político. Es decir, hay una gama amplísima de posibles estudios que enriquecerían la ciencia política y nuestra comprensión del fenómeno político.
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