miércoles, 12 de noviembre de 2008

DANTE CRUZ RODRÍGUEZ


El nombre de Dante Cruz Rodríguez pasará a la historia del magisterio liberteño y peruano, como el primer docente que es condenado penalmente por haber participado en una huelga de su gremio.

En efecto, Dante, como miles de maestros a nivel nacional, participó en la huelga del SUTEP en el año 2007 y en una de sus movilizaciones. No cometió ningún acto contra la propiedad privada, no agravió a nadie, no difamó, no hirió ni menos alteró el normal funcionamiento de la vida social. Sin embargo, el fiscal lo acusó, sin pruebas, sólo basándose en el testimonio del policía que lo detuvo.

¿Por qué fue condenado el maestro Dante Cruz Rodríguez? No existe fundamento jurídico válido para la sentencia de tres años de prisión suspendida. ¿Qué oscuros intereses se han movido para lograr esa sentencia? Dante es un acucioso analista de nuestra realidad educativa. Sus artículos eran habitualmente publicados en el diario Satélite de nuestra ciudad, con valiente y lúcida crítica a los males de nuestra educación y de las autoridades educativas tanto a nivel nacional como regional. Denunció actos de corrupción, sin hacer distingos, pues hasta el mismo Gerente Regional de Educación fue objeto de su objetiva y lúcida denuncia. ¿Cabría pensar que hubo presiones para lograr una sentencia como la ejecutoriada contra el honesto maestro?

Vigilar y castigar

Michel Foucault, el gran filósofo posestructuralista francés, escribió un célebre y ya clásico libro titulado Vigilar y castigar. En él dice que la sociedad actual busca domesticar los cuerpos y también los espíritus. Afirma que vivimos una sociedad panoptizada, es decir, vigilante. Así, en la sociedad actual se vigila permanentemente a los hombres, a los ciudadanos, pero no para el cuidado de su vida y su bienestar, que sería la única y penosa justificación para cualquier vigilancia, que lógicamente no debe existir; sino se vigila para castigar, como si los ciudadanos, en este caso, los maestros, deberían ser controlados como potenciales reos o delincuentes.

Además Foucault describe y analiza el castigo público que se hace a un regicida, en la plaza, con asistencia de miles de ciudadanos mirando la tortura despiadada y la horrenda la muerte del condenado. ¿Qué buscaban las autoridades del siglo XVIII? Pues, no otra cosa que decir a los que miraban: esto les pasará si osan levantarse contra el poder establecido.

Para que no se vuelva a repetir

No otra ha sido la intención que ha sustentado la sentencia contra Dante Rodríguez: enviar un mensaje domesticador, vigilante y castigador: miren lo que les puede pasar si se atreven a movilizarse, a hacer huelgas, a gritar, a protestar, a criticar. De ahora en adelante, cualquiera de ustedes, maestros huelguistas, puede ser detenido, acusado y sentenciado.

Y no podrán callarlo

Pero los represores se equivocan. Dante Cruz no callará, como no ha callado. Como no puede callar ningún maestro digno de ese nombre, pues de hacerlo traicionaría su vocación. No callará Dante ni callarán los maestros ni callará el pueblo. Y hoy la lucha continúa contra el neoliberalismo agonizante, contra la voracidad transnacional, contra el entreguismo y la abyecta sumisión al imperio de nuestros gobernantes de siempre, con algunas excepciones que el pueblo conoce. Y Dante sabe, debe saberlo, que no está solo: él se inscribe, humildemente, desde su puesto de maestro, en el río de la historia, por donde bajan todos los que han luchado y luchan, los que sueñan y viven. Y Dante sabe, debe saberlo, que los maestros nos sentimos alimentados por su ejemplo, su coraje, su voluntad que sólo un maestro tiene, es decir, no claudicar ni doblar la cerviz ante ningún poder, y seguir viviendo libremente, soñando por una patria nueva y esplendorosa.

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